CINE CLUB

"El arte tiene un lugar de excepción en la enseñanza, porque el arte no se enseña, pero sí que se encuentra, sí que se experimenta"
Alain Bergala

Sabemos que le libro está legitimado en el ámbito escolar, en cambio el cine no tiene lugar en las instituciones, la escuela no está pensada para ver cine excepto para enseñar algún contenido en esa viciada relación entre la pedagogía y el cine.
Nosotros estamos convencidos de que el único lugar posible donde se puede producir ese encuentro con el arte y descontaminar a los y las jóvenes de tanto consumo cultural chatarra, de tanta demagogia tecnológica, por lo tanto si el encuentro con el cine de calidad que les ofrece múltiples miradas del mundo, no se promueve desde la escuela, quizá ese encuentro no se produzca jamás.
Esta hipótesis nos enfrenta a un desafío que nuestra escuela ha aceptado, dándole un espacio, un tiempo y una valoración significativa.
La propuesta de Cine Club no intenta desarrollar espíritu crítico o respuesta ideológica o que la película sea considerada un objeto de lectura decodificable “para…”, sino como un hecho artístico creativo, una aproximación sensible, un acercamiento a la obra de arte y a la cultura.
Es posible que logremos en los y las jóvenes una formación sobre el gusto y el disfrute de películas bellas, que dejen huellas, que los hayan conmovido, que como la literatura o la música se descubran en la intimidad, en el interior de cada uno y sea, en todo caso, una iniciación y por ser un encuentro verdadero, ese encuentro pueda darse o no.
Alain Bergala (*), señala cuatro momentos importantes que el docente debe tener en cuenta:
Primero, generar el espacio y posibilitar el encuentro con las películas, el segundo momento es más riesgoso, ya que la elección de la película se hace desde un lugar no protegido en el que entran en juego los gustos personales, es quizás el momento de mayor responsabilidad, porque es el momento de iniciación en el que el docente es “pasador” y asume un riesgo voluntario, por convicción, en el que expone su relación con el hecho artístico. El tercer momento, es el de aprender a frecuentar las películas y consiste en facilitar un acceso sencillo, permanente, vivo en individualizado a las películas dejando a la obra el tiempo para desplegar sus resonancias y revelarse a cada uno según su sensibilidad y no tentarnos en ser demasiado descifradores e interpretativos. Un cuarto momento seria tejer lazos entre las películas, esto da lugar a un acceso más universal, comprender que toda obra de arte está habitada por lo que la ha precedido o lo que le es contemporáneo y producir vinculaciones.

Por último, es importante aceptar que los chicos nos digas “es re densa”, porque la película no responde a sus consumos, al disfrute inmediato y en cambio, se encuentra frente a obras que lo resisten, que no son complacientes y que solos con el tiempo puedan superar la hostilidad inicial. En definitiva dice Bergala, el objetivo último de esta iniciación no es el saber escolar que concierne a la enseñanza, sino aprender a querer…el cine.


Elizabeth Sanz y Alejandro Cozza


*LA HIPÓTESIS DEL CINE Pequeño tratado sobre la transmisión del cine en la escuela y fuera de ella. ALAIN BERGALA